Scroll to top


El vínculo del psiquiatra con el paciente en duelo

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

Sabemos por experiencia que la opinión de un médico es muy importante para un paciente.

En el subconsciente colectivo el médico está por encima del psicólogo, de ahí se deriva el enorme poder que tiene. Y por eso es tan importante lo que un psiquiatra en consulta le dice a su paciente, porque su opinión y su juicio clínico van a ser extraordinariamente valiosos para él.

En este artículo nos centraremos en la relación del psiquiatra con los pacientes que se encuentran en duelo por la muerte de un ser querido.

La intervención del psiquiatra en un duelo

¿Todos los pacientes en duelo requieren una intervención psiquiátrica o médica?  No: ni todas las personas que están en duelo necesitan terapia, ni todas aquellas que reciben terapia para superar el duelo necesitan una intervención médico-psiquiátrica. Pero quienes la necesiten deben saber que:

Los psiquiatras y los médicos son personas antes que profesionales y no son infalibles. A veces los profesionales nos equivocamos, aunque casi siempre tratamos de ofrecer nuestra mejor versión al paciente. Tampoco son perfectos, en realidad ninguno lo somos. Puede suceder que un psiquiatra nos resulte poco empático, poco receptivo, o poco atento y eso no hace que sea peor profesional.

Debemos ser compasivos en nuestros juicios, aunque después elijamos al profesional que mejor se adapte a nosotros para trabajar. El médico/psiquiatra puede reducir la angustia de nuestros pacientes en duelo, bien con medicación, validando la evolución del paciente, o bien mostrándole lo que es normal o no en el proceso del duelo.

El vínculo entre profesional y paciente

La construcción de un vínculo entre el médico y el paciente genera seguridad y confianza en este último. Tan importante es construir ese lazo en la recepción del paciente como llevar a cabo una despedida cuando la terapia concluye. No parece lógico que, después de haber estado presente en la vida de un paciente -asesorando, medicando y construyendo un vínculo-, uno se despida a la francesa y cierre el proceso con un portazo.

Cuando se ha compartido tanta intimidad durante tanto tiempo, qué menos que dedicar una sesión al menos a despedirse, a explicar qué es normal que suceda a partir de entonces, si puede volver a recurrir a la misma ayuda si experimenta una recaída, etc. También podemos ofrecer al paciente pautas para ayudarle a abordar esa parte del proceso, la despedida, ya que tan importante o más que el inicio de la terapia. A fin de cuentas, dejar de asistir a terapia implica, de una manera u otra, un pequeño duelo.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

Top