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El duelo infantil: Consecuencias de no responder las dudas de los niños sobre la muerte

David Oslé, psicólogo infanto-juvenil de FMLC

Hablar de la muerte no es una experiencia agradable, de ahí que en ocasiones evitemos expresar los sentimientos que nos produce este tema. A menudo esta situación suele darse cuando ha fallecido alguien cercano. Por eso, a la dificultad propia de esta situación, hay que sumarle el dolor que provoca el fallecimiento dentro del entorno familiar. Cuando un niño sufre la muerte de su primo, sus padres sufren la de su sobrino, sus abuelos la de su nieto, sus tíos la de su hijo… De pronto, a toda la familia le produce dolor hablar del fallecimiento.

Además, una gran mayoría de los adultos cede a una tendencia muy común, que es la de intentar mantener la compostura delante de los niños, a disfrazar el dolor que nos genera una muerte. Muchos padres tratan de “parecer fuertes” frente a sus hijos, queriendo dar la impresión de que está todo bajo control. Y, al final, lo que consiguen es obviar lo que ha sucedido y aparentar que no ha pasado nada.

Al malestar y el desconsuelo que produce la pérdida de un ser querido, se une el intento de aparentar que no nos afecta y que no ha ocurrido nada. El resultado de la suma de estas reacciones suele ser la incomunicación: “De eso no se habla”.

Efectos de la incomunicación en el duelo infantil

El hecho de no hablar sobre la muerte de un ser querido evita a los adultos pasar por el mal trago de abordar un tema tan desagradable y doloroso con los niños. Sin embargo, este planteamiento trae consigo una serie de efectos negativos:

  • La muerte de un ser querido provoca a los niños el mismo dolor que a los adultos. Si evitamos hablar con ellos del tema, impedimos que manifiesten este dolor y no les damos las herramientas que necesitan para gestionarlo de forma adecuada.
  • Los adultos somos referentes para los niños que tenemos a nuestro alrededor: hijos, sobrinos, nietos… Lo que hacemos y cómo nos comportamos es un modelo que influye en su aprendizaje. Si los adultos nunca hablan sobre el fallecimiento de una persona, los niños interiorizan que no se debe hablar de ello. Si los adultos no expresan cómo se sienten o que extrañan a esa persona, los niños aprenden que no hay que echar de menos. Y si los adultos no manifiestan ese dolor, por ejemplo, llorando, los niños interpretan que no pueden llorar aunque sientan pena.

Influencia del duelo de los adultos en los niños

Los niños saben y distinguen cuándo hay algo que está mal en su entorno: se dan cuenta de cómo cambia la vida y cómo sufren los adultos tras la muerte de alguien cercano. Perciben los silencios, los cambios e incluso la tensión en el ambiente familiar, que se enrarece tras sufrir una pérdida.

De pronto, aparece el famoso elefante en la habitación que nadie nombra, aunque todo el mundo sabe que está presente. Los niños también lo notan, pero ven que nadie lo menciona, de modo que entienden que no hay que hablar de ello, o que mencionarlo está mal.

Del mismo modo que los adultos enseñamos a los hijos a obedecer, estudiar, hacer amigos, o ser independientes, también podemos enseñarles a sentir dolor y tristeza, a enfadarnos de forma adecuada o a manejar la ansiedad. Es tan sencillo como usar nuestro ejemplo: “Lloro porque echo de menos a papá y me pongo triste”; “Estoy un poco enfadada porque creo que es injusto que tu abuela se haya muerto” o “Me siento triste porque tu hermano no está y me apetece ver algunas fotos suyas”.

La importancia de expresar las emociones del duelo

Superar una muerte no solo requiere de tiempo, también es necesario validar el dolor y las emociones del duelo. Para ello, lo mejor es hablar y mostrar los sentimientos que esta pérdida nos ha dejado. Aunque puede ser un proceso incómodo, es necesario para desbloquear las emociones de nuestros niños y sus reacciones al duelo. Para ello, es esencial permitirnos liberar nuestras propias emociones, es decir: darle voz al elefante en la habitación.

Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

 

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