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Superar el duelo: ¿Debo contar que fue un suicidio?

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

Me gustaría comenzar este artículo diciendo que he encontrado la respuesta a una de las preguntas que más me han planteado durante mi trayectoria profesional, pero no. En su lugar, diré que lo que he encontrado en esa búsqueda son más preguntas en torno a la misma y numerosas reflexiones que hoy “escribo en voz alta”.

La primera de ellas es que no creo que exista nada que sea absolutamente esencial para resolver un proceso de duelo. Esto está relacionado con otras preguntas como: “¿Es imprescindible que recoja las cosas del fallecido?” o “¿Es necesario que entre en su cuarto o que no mantenga en casa sus cenizas?”.

La importancia de liberar las emociones del duelo

Ante estas preguntas y otras parecidas, yo suelo responder que lo importante no es lo que hacemos o no, sino lo que hay detrás de la decisión de hacerlo o no. No serviría de nada recoger todas las cosas del fallecido o retirarlas automáticamente, a la fuerza o bajo presión… sin una reflexión por nuestra parte.

Lo importante, lo que aporta avances al proceso, es poder conectar- y, en su caso, normalizar o contener- con las emociones que afloran cuando el doliente medita sobre todos los temas que le preocupan.

No se trata de hacer por hacer, o de hacer a la fuerza. Se trata también de movilizar y dar salida a esas emociones para que, una vez liberadas, el doliente pueda decidir si desea contar que la muerte de su ser querido fue por un suicidio o simplemente pasarlo por alto, sin querer entrar en el tema.

El sentimiento de culpa o miedo tras un suicidio

Muchas veces lo que subyace tras la decisión de ocultar que un ser querido se ha suicidado es el miedo a que los demás juzguen esa acción, el temor a que les remuevan o abran la puerta a un diálogo que genera mucho dolor, o la vergüenza por ser un tema poco hablado, que genera reacciones de sorpresa.

También puede deberse a la sensación de estar siendo desleal con la persona fallecida, al desvelar un dato tan privado. El rechazo o la negación del suicidio, la culpaTodas estas sensaciones tan intensas y difíciles de manejar hacen que muchas personas duden a la hora de desvelar si su ser querido se suicidó o no.

Sin embargo, todos los dolientes tratan de hacer lo mejor para sí mismos. Así, tras la pregunta “¿Debo contar que fue por suicidio?”, también puede haber un “¿Lo estoy haciendo bien?” o: “¿Puede el hecho de censurar esa realidad impedir que mi duelo se resuelva de manera sana?”.

El tabú social en torno al suicidio

Terminamos con una reflexión: ¿Puede el hecho de hablar con naturalidad del suicidio facilitar que la sociedad abandone el tabú sobre el duelo? Definitivamente sí, la sociedad debe prepararse para escuchar el sufrimiento de las personas que han perdido a alguien por un suicidio y debe aprender a escuchar el dolor de una persona con deseos suicidas, porque ese es un modo de empezar a prevenir.

Ahora bien: ¿Le corresponde a un doliente la responsabilidad de sensibilizar a la sociedad? Definitivamente no, no se le puede pedir un esfuerzo tan enorme a una sola persona, menos aún si está en duelo.

Espero que esta reflexión haya contribuido, al menos en parte, a clarificar la comprensión en torno a este tema tan confuso y complejo. Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

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