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El duelo infantil: Cuando las explicaciones sobre la muerte se complican

Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC

 

Explicar la muerte a los niños es complicado, no lo vamos a negar. Los adultos encontramos muchas dificultades a la hora de escoger las palabras adecuadas y nos bloqueamos pensando que no lo van a entender, que se les va a quedar grande, que vamos a hacerles daño y muchos otros miedos similares.

A veces buscamos explicaciones que basamos en fantasías, o en frases hechas, pensando que los más pequeños de la casa las entenderán. Pero, en su lugar, a menudo nos vemos en serias dificultades que nos llevan a callejones sin salida y que, más que solucionar el problema, lo que hacen es meternos de cabeza en otro mayor.

Comunicar una pérdida a los niños

A continuación exponemos varios ejemplos de conversaciones reales compartidas por nuestros pacientes y que sirven para mostrar qué clase de explicaciones pueden complicar el duelo infantil y dificultar nuestro diálogo con los niños:

  • – Cariño, el abuelito ha subido al cielo.
  • – En serio, ¿cómo ha subido?
  • – Ha subido en ascensor.
  • – Corre, mamá, vamos a subir nosotros también con el abuelo.
  • – No podemos, cielo, el ascensor es sólo de subida.
  • – Ah, bueno, entonces llévame a ver el ascensor en el que ha subido el abuelo.
  • – Cariño, no puedes ver el ascensor.
  • – ¿Por qué?

Este es el momento en el que, o bien le damos otra explicación más veraz al niño, o nos escapamos por la puerta de atrás.

Explicar la muerte a nuestros hijos

El siguiente ejemplo describe claramente cómo algo que a los adultos nos parece sencillo no lo es tanto en la mente infantil, por lo que la explicación se convierte en una trampa para el adulto que quería evitar a toda costa hablar de la muerte como hecho irreversible. Hay que recordar que a veces las explicaciones más sencillas y sin rodeos son las que mejor asimilan los niños:

  • – El abuelo se ha muerto.
  • – Mamá, yo no me quiero morir.
  • – Eso no va a pasar cariño, tiene que pasar mucho tiempo para que eso ocurra.
  • – Mamá, ¿tú te vas a morir?
  • – Claro, me moriré cuando sea mayor como el abuelo.
  • – Yo no quiero que te mueras, me da mucho miedo, no quiero. (Aquí el niño entra en pánico y lo repite mucho)
  • – Tranquilo, tranquilo, que yo no me voy a morir nunca.

A veces los niños nos acorralan con temas que no queremos ni plantearnos porque nos asustan y tratamos de salir airosos consiguiendo justo lo contrario a lo que deseamos. Los niños nos ponen contra las cuerdas con sus preguntas y nos exponen a situaciones indeseadas, de ahí que demos respuestas poco veraces o huyamos de las verdades dolorosas sobre las que no podemos reflexionar.

Explicar el más allá a los más pequeños

También puede darse el caso de que intentemos hacer entender conceptos abstractos a niños pequeños y acabemos metidos en un jardín de dimensiones considerables, porque no hemos tenido en cuenta la edad de los niños y el nivel de comprensión que alcanzan:

  • – Cuando uno se muere, ¿adónde va?
  • – Cuando nos morimos vamos al Cielo.
  • – ¿El abuelo está en el Cielo?
  • – Claro.
  • – ¿Hace frío? ¿Nos ve? ¿Puede leer? ¿Qué se come en el Cielo? ¿Cómo verá la televisión ahí si no se ha llevado las gafas?

La curiosidad morbosa que despierta en los niños todo lo relacionado con la muerte, les hace plantear preguntas en modo metralleta, que nosotros no siempre somos capaces de responder para que las entiendan. Para ello es necesario que el niño tenga pensamiento abstracto, que entienda que no hay permanencia y que estamos apelando a la fe o a un recuerdo. Eso hace que a menudo estas preguntas sin respuesta generen en al niño frustración y cierto enfado.

Enmascarar la muerte ante los niños

Hay otras ocasiones, en un intento de proteger la confianza, el cariño y la intimidad que tenían los niños con el fallecido, ocurre que intentamos consolar al menor añadiendo a nuestra explicación aspectos “fantásticos” o algo “fantasmagóricos” que otorgan cualidades de la vida a la persona que ha muerto.

  • – Cariño, no tienes que preocuparte porque papá siempre te va a escuchar.
  • – ¿Sí?
  • – Sí, siempre, puedes contarle las cosas.
  • – ¿Puedo escribirle cartas al Cielo?
  • – Claro.
  • – ¿Si no me contesta es porque no me quiere?
  • – No, seguro que te va a contestar.

Algunos adultos hacen eso cuando se enfrentan a la realidad de que la persona querida ya no les va a hablar, no puede contestarles, aconsejarles, verles, se les hace casi imposible, así que se embarcan en acciones que hacen que el niño siga pensando que la persona fallecida sigue estando presente de algún modo.

He aquí varios ejemplos de situaciones complicadas que hemos registrado a lo largo de nuestra experiencia profesional:

  • – El fallecido «recoge» las cartas que le dejan sus hijas en la mesilla.
  • – La persona fallecida «felicita» las navidades y está presente en los regalos.
  • – En los cumpleaños hay un regalo “De parte de…”.
  • – Hay respuestas a cartas por parte de la persona fallecida.
  • – Se dejan juguetes en la tumba de un hermanito para que pueda venir a jugar cuando no estamos.

Es muy complicado afrontar situaciones en las que hay que explicarle al niño que todas esas cosas que creía poder hacer o que le hemos dicho que puede hacer no son reales ni posibles. A veces esto implica que los padres o los adultos supervivientes tienen que suplir esas acciones que, además, conllevan un gran dolor emocional.

Manual sobre el duelo infantil

Las explicaciones ideales para los niños no existen, pero lo que nosotros sí aconsejamos es hacerlas lo más sencillas posibles, adaptando el lenguaje a la edad del menor y siendo sinceros siempre. Si decimos la verdad tendremos muchas más posibilidades de abordar los temas mejor y sin complicaciones indeseables a las que no tendremos posibilidad de responder.

Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores  en vuestro centro educativo (a través de este proyecto)  o descargar gratis  nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

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