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Cómo conseguir que los niños nos pregunten sus dudas sobre el duelo y la muerte

Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC

 

Seamos sinceros: los niños y sus preguntas en ocasiones pueden llegar a asustarnos. A determinadas edades se sumergen en una cadena de preguntas infinitas, pero además ocurre que preguntan cosas que nosotros jamás nos hemos planteado y que a ellos les parecen normales. Por eso, cuando vienen con su retahíla de preguntas, nos solemos hacer algo más pequeños que de costumbre y nos ponemos una especie de armadura que se resume en la frase: “A ver por dónde me sale éste”.

Con frecuencia ocurre que, para evitar que los niños nos pongan en esa situación incómoda de la que ya hemos salido escaldados en alguna ocasión anterior, intentamos escurrirnos cual pastilla de jabón mojada y hacemos todo lo posible para transmitirles que no va a haber turno de preguntas.

El problema viene al enfrentarnos a la muerte: antes o después nos va a tocar responder a las preguntas de los niños y, además, es un tema que por desgracia no les deja indiferentes, todo lo contrario: les genera una curiosidad excesiva que, unida al pensamiento mágico, puede formar un cóctel explosivo.

Explicar la muerte a los niños

Hay varias cosas que podemos hacer para que los niños se sientan cómodos y nos pregunten las cosas que temen, les interesan o les preocupan, o bien aquellas relacionadas con un tema doloroso:

1.Mantenerlos siempre informados. Deben sentir que forman parte del proceso de la muerte, de los ritos funerarios, de la unidad familiar… para que vayan familiarizándose con los términos asociados a la muerte y puedan ir comprendiendo las cosas.

2.Adaptar nuestro lenguaje para cerciorarnos de que entienden las cosas y hacerles preguntas para confirmar que están aproximándose a los conceptos que queremos transmitirles. Así, ellos pueden ir retroalimentando sus necesidades con esas preguntas y les sirven de modelo para preguntar ellos también.

3.Mostrarnos abiertos y dispuestos a contestar a sus preguntas. Usaremos frases como: “Puedes preguntarme lo que quieras”, “Tranquilo, no te preocupes por mí, no me hace daño que preguntes o digas cosas, mi tristeza se debe a que…”, “Puede que haya cosas que no entiendas, me las puedes preguntar cuando quieras”… Y trataremos de transmitirle al niño que las preguntas son bienvenidas, independientemente de los recuerdos que nos traigan o de lo que nos generen.

4.Mantener un diálogo constante. Al explicarles la muerte tratando de que interactúen, les iremos pidiendo su opinión según las explicaciones que les vayamos dando.

5.Informar a otros adultos de que es necesario que pregunten y aclaren sus dudas. Les animaremos a tener conversaciones abiertas, a que pregunten ellos a los niños y se preocupen de instigarles a que nos pregunten directamente a nosotros -en el caso de que se dirigen a ellos, aunque también les contesten-, tratando de transmitirles que es lo que esperamos y que es adecuado.

Qué NO decir a un niño en duelo

Evitaremos los mensajes dirigidos a silenciar a los menores, como por ejemplo:

-“Son cosas de mayores”.

-“No debes preocuparte por esas cosas”.

-“No es un buen momento”.

-“No digas esas cosas, que me ponen triste”.

-“Esas cosas no se preguntan”.

Si en un primer momento no nos plantean preguntas, pasado un tiempo trataremos de volver sobre el tema para ver si se han generado dudas o preocupaciones, facilitándoles que puedan preguntar sobre el tema cuando quieran.

Materiales para abordar el duelo con los niños

Podemos sugerir material como cuentos, cuadernos, películas para ver en familia… y proponer un debate o algunas preguntas posteriores que nos puedan ayudar a todos. Hay mil cosas que facilitan y dificultan el abordaje de la muerte. El objetivo es que entendamos que las preguntas son necesarias, que podemos no saber responder algunas y, de darse el caso, emplazaremos a los niños a contestarlas con un profesional o a buscar la respuesta que más nos agrade.

Otras preguntas pueden ser desagradables o morbosas, y se lo haremos saber, pero los niños tienen que entender que no pasa nada por preguntar y que no nos va a afectar más, que estamos tristes y eso es lo que nos afecta, pero no sus preguntas. Y que estamos encantados de que surjan y de intentar respondérselas.

Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores  en vuestro centro educativo (a través de este proyecto)  o descargar gratis  nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

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