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Factores que provocan el sentimiento de culpa en el duelo (I)

Rosa Sánchez, psicóloga de FMLC

 

Según el psicólogo y reconocido experto en duelo William Worden, para elaborar el duelo es necesario que el doliente lleve a cabo cuatro tareas:

En este artículo vamos a centrarnos en la segunda tarea, la de elaborar las emociones asociadas a la pérdida, y abordaremos en concreto por qué surge y cómo afrontar el sentimiento de culpa del superviviente o cuidador.

Cuando el ser querido está enfermo y sabe que va a morir

La psicóloga suizo-estadounidense Elizabeth Kübler-Ross estudió los estados por los que pasa un enfermo cuando le comunican la noticia de su muerte irremediable: negación, ira, depresión, negociación y aceptación. Cuando se da esta situación, puede ocurrir que el enfermo viva la experiencia con serenidad y ocupe el tiempo que le queda en despedirse de sus seres queridos, dejar sus asuntos arreglados, etc.

Otras personas, en cambio, pueden optar por ocultarlo o negarlo para no apenar a su familia y porque son incapaces asumirlo. En ese caso, el cuidador puede comprender esta dificultad o puede enfadarse porque necesita compartir esos últimos momentos sin disimular. Si se produce ese enfado, es muy probable que tras la muerte del ser querido el cuidador se sienta culpable por haber sentido ira hacia el enfermo.

La persona que va a morir puede sentir que es positivo hablar de su marcha con los adultos, su cónyuge, hermanos…y ocultar esa información a sus hijos en su deseo de protegerlos o porque le resulta demasiado doloroso. Es una situación compleja, ya que las emociones, las expectativas y las creencias tanto del enfermo como del cuidador influirán en su manera de despedirse.

Cuando el cuidador sabe que el enfermo va a morir y se lo oculta

¿Quiere mi ser querido saber que va a morir? La decisión de compartirlo con el enfermo dependerá de las creencias del cuidador: ¿Le va a beneficiar o le va a dañar diciéndoselo? La decisión será más fácil para el cuidador si conoce la voluntad del enfermo, es decir, si desea o no saberlo. Además, en esta decisión influirá el estado emocional del cuidador, si tiene fuerza o no para mantener esa conversación con el enfermo.

Esta decisión también puede generar culpa en el superviviente y motivar pensamientos en esta línea:

-“Tenía derecho a saberlo, pero pensé que se hundiría…”

-“No tuve fuerzas para decírselo y disimulé…”

Hay que tener en cuenta que la comunicación no verbal está funcionando cuando lo que hay nombrar es algo tan doloroso. A veces, una mirada me informa de lo que el enfermo no quiere saber, pero después puedo dudar de si estaba en lo cierto.

La culpa causada por la autoexigencia durante la agonía del enfermo

Otra situación que genera culpa se da cuando queremos acompañar a nuestro ser querido en sus últimos momentos y al cuidador le invade la culpa por situaciones como las siguientes:

– “Me dormí justo esa noche, cuando llevaba meses sin dormir estando a su lado”.

– “Me pregunto si la persona que muere puede elegir el momento para no ver el dolor de quienes ama”.

– “Decidí salir de la habitación media hora a darme una ducha, mi hijo tenía mejor aspecto esa mañana…y al volver…nunca me lo perdonaré, murió solo”.

Y hay ocasiones en que no queda otro remedio que hacer lo que se hace:

– “Entonces le sobrevino un vómito de sangre y salí a pedir ayuda…le abandoné…en esos segundos murió”.

La culpa generada por sentir enfado contra el fallecido

Cuando una persona enferma va a morir, siente agotamiento, deterioro físico. La tarea de asumir su propia muerte puede hacerle sentir angustia, miedo, tristeza… Y la persona que le cuida, ve con dolor el deterioro de su ser querido. Tiene el cansancio de atender, cuidar y postergar sus propias necesidades y la impotencia de no poder hacer más.

El cansancio irrita y es natural tener alguna reacción de enfado o alguna mala contestación. Pero, en estas circunstancias, ese recuerdo queda grabado en la mente con mucha culpa («Me enfadé con ella, estaba muy cansado y ella se ponía muy brava, siempre lo fue…”). Se nos olvida que somos humanos, somos amorosos y también irritables. Necesitamos poner límites cuando algo nos daña o cuando estamos agotados y necesitamos un poco de espacio.

Existen muchos tipos más de situaciones que provocan culpa en el duelo y seguiremos abordándolas en un segundo artículo. Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

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