Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
Abordamos de nuevo este tema, del que ya hemos hablado en artículos anteriores ya que, a pesar de su importancia, no siempre se le dedica la atención que se merece.
Hoy nos centraremos en aquellos factores que pueden ser determinantes a la hora de desarrollar un duelo complicado en las personas con discapacidad intelectual, es decir: los factores considerados de riesgo para este colectivo que deben ser tenidos en cuenta por los profesionales que les rodean y sus familiares:
Pérdidas bruscas e inesperadas
Cuanto más brusca sea la pérdida de un ser querido, peores van a ser las consecuencias sobre esta población, pero no hay que olvidar que, dada su baja comprensión, a menudo las personas con discapacidad no pueden prever una muerte, aunque ésta corresponda a una situación natural por edad avanzada.
Por esta razón, deberemos tomar como inesperadas todas las pérdidas no predecibles y temer una reacción complicada.
Falta de apoyo percibido o traumas acumulativos
Esto hace referencia a la pérdida de apoyos durante el duelo. Esta situación se da cuando el entorno no es capaz de dar apoyo suficiente al doliente discapacitado, bien porque lo consideran incapaz de expresar y compartir el dolor, porque no hay empatía con él o por el papel que ocupa el doliente en la relación familiar.
Otras pérdidas asociadas pueden ser la de la vivienda donde desarrollaba su vida habitualmente por la muerte del cuidador principal, la pérdida del estatus, de las actividades habituales…