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El duelo sin abrazos

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

Ilustración de © Malagón

Este artículo va dedicado a todas aquellas personas que estos días se están enfrentando a la pérdida de seres queridos a causa de la epidemia del COVID-19 y no han podido despedirse ni abrazar a sus familiares, debido a las restricciones impuestas por esta situación de alarma sanitaria.

Con estas palabras quiero contribuir en lo posible a reducir el impacto que estas circunstancias excepcionales están generando en todos nosotros, ya que la cuarentena ha transformado el modo que tenemos de afrontar el duelo y nuestra manera de realizar los ritos de despedida.

Por este motivo, he elaborado una serie de medidas que pretenden paliar los efectos de la falta de contacto físico durante el aislamiento y dar respuesta a las inquietudes de quienes estéis sufriendo las consecuencias de esta cuarentena.

Qué hacer para afrontar el duelo durante la cuarentena

  • Hablar con la gente. Estamos aislados, pero no estamos solos. Pensad que estamos unidos a muchas personas a través del pensamiento, del recuerdo, de las redes sociales y de la tecnología. Si bien es verdad que el contacto virtual no puede sustituir al contacto físico, también lo es que la cantidad de personas que se agrupan en las redes es mucho mayor que la que se podría agrupar físicamente.
  • Modular la intensidad de los mensajes y pedir a los demás que lo hagan con nosotros. ¿Quién no se ha conmovido leyendo un libro? ¿O escuchando un testimonio en la radio? Las personas cercanas pueden hablaros con el corazón, desde la emoción, como cuando algo nos pellizca el alma. Y así la comunicación puede llegar a ser más intensa incluso que cuando hablamos en una situación normal de pérdida y nos ofrecen como consuelo una frase hecha o impersonal. El lenguaje puede acercarnos y casi rozarnos. A veces, escuchar a alguien decirnos lo que lo siente, si lo hace desde el fondo de su alma, puede erizarnos la piel. Así de poderoso es el lenguaje, porque aún transmitimos esperanza con las palabras.
  • Hoy más que nunca, pedid lo que necesitéis. Y en la medida en que vuestro entorno pueda, os lo dará.
  • Dejad salir el dolor. Las lágrimas actúan como bálsamo. Hablar de los que nos angustia libera cortisol, la hormona del estrés.
  • Buscad orientación sobre el duelo. Sé positivamente que encontrar respuestas a preguntas comunes en duelo sirve de alivio. En nuestra página web podéis descargar gratuitamente una guía para adultos y un manual para ayudar a los niños en duelo. En ellos encontrareis orientación sobre las dudas más frecuentes. Leed sobre el duelo. Sigue vigente todo lo que sabemos sobre este proceso: que la pérdida implica dolor; que la forma que adopta este dolor varía de una persona a otra; que todas ellas son normales en función del contexto de cada uno; que no existe un periodo de tiempo concreto para superar el duelo, pero que este proceso tiene un principio y un final; que no lo podemos forzar, ni acelerar, ni dilatar y, sobre todo, no se puede frenar ni contener. Eso genera una tensión añadida e inevitable sobre el dolor.
  • Si seguís teniendo dudas, el equipo de psicólogos de la Fundación Mario Losantos del Campo está disponible para atenderos, para escucharos, para ofreceros consuelo, ya sea por teléfono o por email. Si llamáis al teléfono de nuestra entidad (91 229 10 80) os tomaremos los datos y, si podéis esperar, se os citará para una valoración en cuanto se reanuden las sesiones presenciales de terapia. Si no podéis esperar, se uno de los psicólogos de nuestro equipo se pondrá en contacto con vosotros.

Para terminar, quiero recordaros que esto no va a durar para siempre. Llegará el momento en que volveremos a poder abrazar a nuestros seres queridos, recuperar el contacto físico y, en el caso de nuestra entidad, retomar las terapias presenciales. Pero, mientras tanto, usemos los recursos que tenemos a nuestro alcance, que son muchos.

Aunque no os conozco os tengo a todos en mi pensamiento. Mucho ánimo y abrazos virtuales a todos.

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