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¿Quién marca el ritmo en la evolución del duelo?

Pilar Pastor, psicóloga de FMLC

 

Existen multitud de suposiciones, teorías y creencias extendidas en la sociedad acerca de cómo se desarrolla el duelo y sobre los factores que intervienen y determinan su evolución.

Es frecuente atribuir al tiempo la evolución y la resolución del duelo. Ya hemos comentado en artículos anteriores que el tiempo no desempeña un papel curativo en este proceso, sino que pone distancia sobre el hecho en sí, lo que facilita que se pongan en marcha recursos: el tiempo pasa y eso ayuda a que desarrollemos mecanismos y recursos para afrontar la elaboración del duelo.

Puesto que el duelo es un proceso complejo, su duración es larga: de ahí que sea importante que transcurra el tiempo, para que puedan elaborarse las tareas en ese intervalo.

Intentar controlar el proceso de duelo

Es habitual que las personas intenten ejercer un excesivo control sobre el proceso de duelo. Tratar de controlar lo que nos causa dolor o malestar es un mecanismo de defensa del ser humano. A menudo nos parece que sentir el dolor, vivirlo y llorarlo va a destruirnos o hacernos caer en una depresión. Asimismo, la sociedad y el entorno cercano presiona al doliente para que vuelva a estar bien y se distraiga de la emoción.

Ponernos en contacto con el dolor nos lleva al recogimiento, al recuerdo, al repaso de la relación con el fallecido, a darnos cuenta de lo que más nos duele y de cómo podemos afrontar el futuro: ponernos en contacto con el dolor de la pérdida es una pieza fundamental de la resolución del duelo.

El equilibrio entre la decisión y la emoción

En la evolución y ritmo del proceso del duelo intervienen dos factores fundamentales: la decisión de la persona y el camino que marca el propio dolor.

Toda emoción es adaptativa y necesaria en el momento en que aparece, incluso los sentimientos y sensaciones desagradables. El dolor, por tanto, también lo es. Es imposible no sentir dolor cuando fallece alguien a quien estamos unidos, por lo que es una emoción que inevitablemente va a aparecer en el duelo (junto con otras muchas).

No está en manos del doliente determinar hasta cuándo va a dolerse, o a qué nivel de intensidad, pero sí está en sus manos decidir cómo va andar el camino del duelo, lo que favorecerá que lo gestione de una u otra manera.

Qué podemos controlar en el duelo

Elegir estar en contacto con las emociones y los pensamientos que van surgiendo, darse cuenta de lo que necesita y de lo que le ayuda; ser consciente y hacerse cargo del proceso de pensamiento; permitirse estar mal y estar bien en la medida que lo necesite. Buscar el equilibrio entre el hacer y el sentir. Todas estas decisiones son parte importante de un proceso mayor: el de responsabilizarse del propio duelo.

Hay una parte del proceso de duelo que no podemos controlar totalmente y es la que está relacionada con las emociones que surgen. Sin embargo,  la parte que podemos realizar conscientemente y en la que podemos intervenir es la de elegir cómo gestionamos dichas emociones y cómo sentimos y pensamos el duelo.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web: www. fundacionmlc.org

1 comment


  1. Asumir esta nueva realidad y atravesar estas emociones sanamente es el mejor camino para elaborar un duelo normalmente.

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