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Reflexiones sobre la nueva clasificación diagnóstica del duelo (I)

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

FMLCEl experto en duelo se sirve de distintas medidas a la hora de categorizar o tratar el duelo. Por un lado, se nutre de sus propios conocimientos y, por otro, de su experiencia clínica. Esta experiencia resulta fundamental para resolver si un caso de duelo es complicado o normal, si la intensidad es excesiva o no lo es, etc.

También puede tratar de buscar información en los distintos manuales estadísticos que regulan lo que es normal y lo que no para una población determinada. Es decir: los límites, más o menos definidos, entre la salud y la enfermedad.

Manuales de referencia sobre el duelo

Al hablar de manuales, nos estamos refiriendo al Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) y a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Son las diferentes guías que orientan a los profesionales de la salud mental en todo el mundo.

El DSM es un manual que elabora la Asociación de Psiquiatras Americanos y que recoge, por tanto, la idiosincrasia de una cultura determinada como es la americana. La CIE la elabora la Organización Mundial de la Salud y se usa mayoritariamente en Europa, aunque no en España.

Criterios para diagnosticar el duelo

Hasta ahora, el duelo aparecía codificado en el DSM-IV TR como una entidad susceptible de recibir atención clínica. Además, establecía un diagnóstico diferencial para la depresión mayor y el duelo, que excluía el diagnóstico de depresión en los casos donde la persona estaba atravesando también un duelo y habían pasado menos de dos meses desde el fallecimiento del ser querido, aunque cumpliese con los criterios del trastorno depresivo mayor.

La nueva edición del manual diagnóstica -el DSM-V- retira esa exclusión. Así, parece que se abandona el intento de definir y establecer un diagnóstico diferencial con respecto a otras entidades o trastornos.

Reflexiones sobre la consideración temporal del duelo

A los clínicos ya nos parecía escasa esa primera consideración temporal de los dos meses que recogía la DSM-IV tr. Sabemos que el duelo no tiene una duración exacta y que no hay un tiempo determinado para superarlo, de modo que no podemos estimar un periodo en el que el duelo sea considerado normal y el momento a partir del cual pasa a ser algo patológico. Sin embargo, los estudios y la experiencia nos indican que llevar a cabo las tareas propias del duelo lleva, como mínimo, entre uno y dos años, en la mayor parte de los casos.

Actualmente la DSM-V, que se publicará en España a partir del próximo mes de mayo, no recoge el duelo ni lo considera susceptible de recibir atención clínica. No está incluido porque no parece haber evidencias clínicas suficientes para establecer el duelo complicado como un síndrome.

Críticas a la nueva clasificación diagnóstica del duelo

Este hecho ha merecido la crítica de muchos autores, que defienden la necesidad de recoger las peculiaridades de un estresor que puede desembocar -o aparecer comórbidamente- en otras entidades susceptibles de requerir una intervención clínica específica. Esta nueva conceptualización en la nueva edición del DSM está causando mucho revuelo y está siendo, cuando menos controvertida. En próximos artículos analizaremos más en profundidad esta clasificación y las reflexiones que nos suscita.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

www. fundacionmlc.org

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