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El eneagrama y el duelo: El doliente con eneatipo 1

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

Como ya comentamos en el primer artículo de esta serie, es nuestra intención abordar cada uno de los nueve eneatipos de personalidad que se recogen en la teoría del eneagrama y ponerlos en relación con el proceso de duelo. En este artículo veremos cómo afrontan el duelo y qué reacciones más comunes experimentan las personas que tienen el eneatipo 1, a fin de poner a disposición de los lectores una herramienta más para profundizar en el proceso.

Según la teoría del eneagrama, el individuo con eneatipo 1 se caracteriza por su rigidez, lleva por sobrenombre “el juez”. Es conocido como el reformador, el moralista. Suele tratarse de una persona de principios sólidos, con un gran desarrollo moral, que siempre se esfuerza por hacer lo mejor posible las cosas, pero que teme la imperfección y cometer errores. En su mejor versión, el 1 será trabajador, perfeccionista, buscará ideales de justicia y honestidad, pero en su versión más insana el 1 puede ser demasiado exigente e incluso cruel. Entre los personajes de la historia con este eneatipo podemos encontrar a la madre Teresa de Calcuta o a Ghandi.

Características del doliente con eneatipo 1

Los individuos definidos como 1 son personas con mucha energía y un sentido de la responsabilidad muy elevado. Lo más importante para ellos es hacer lo correcto y su mayor temor es fallar. Son grandes trabajadores, son leales, comprometidos, honestos, justos… Los unos tuvieron una infancia en la que se les exigió mucho o sintieron la necesidad de suplir a los adultos en sus funciones. Fueron niños que enseguida se hicieron adultos responsables y exigentes. Un 1 puede ser implacable en la consecución de un objetivo, pero si falla siente una gran decepción y se culpabiliza por ello. Busca incansablemente la perfección, puede llegar a verse como un gran idealista.

El uno, cuando está sano, tiende al eneatipo 7 (el aventurero, el hedonista…) y cuando pierde el equilibrio migra al 4, entrando en un bucle de insatisfacción, culpa y reproche. Para mantener el equilibrio, el 1 debe ser más flexible consigo mismo y con los demás, aceptar y permitir que las relaciones y él mismo pueden ser imperfectos. El uno debe tratar de ser más indulgente y más compasivo. El problema es que pone tanto esfuerzo en ser indulgente o en crecer personalmente que pierde toda la espontaneidad y lo acaba convirtiendo en un reto más que debe ser perfecto en su ejecución.

¿Cómo se relaciona esta teoría con el duelo?

Esto es tan sólo un experimento, sabemos que cada duelo es único y que no podemos inferir universalidades basadas en ninguna teoría, pero sí es verdad que podemos hipotetizar con posibilidades.

Cabe pensar que una persona muy exigente tratará de elaborar el duelo siendo exigente consigo misma, intentando elaborar “un duelo perfecto”. Puede que trate de acortar los tiempos del duelo por considerarlos excesivos, o que trate de evitar alguna emoción por considerarla inadecuada. Tal vez sea inflexible consigo misma y no se permita pedir ayuda o quejarse, o simplemente estar triste… lo que es segurísimo es que intentará tener cierto control sobre el proceso y eso puede dificultar la elaboración del duelo porque las emociones aparecen de manera espontánea y no admiten plazos ni se pueden elaborar a demanda.

Una vez que el eneatipo 1 esté en un momento equilibrado, cabe suponer que migrará hacia el 7 y se permitirá sentir, “vivir” el duelo, ser compasivo consigo mismo. Pero si el 1 está en un momento más insano, migrará al 4 y desde ahí es posible que considere que el peor duelo es el suyo y se lamente por sus dificultades, instalándose en la queja, o que entre en una especie de episodio melancólico prolongado en el tiempo.

¿Qué ayuda a un 1 en duelo?

A una persona con eneatipo 1 le ayuda darse permiso para sentir, sin prisas y sin juicios, para poder observar desde fuera lo que siente o lo que piensa, y permanecer junto a las reacciones que tiene sin juzgarlas y sin entrar de lleno en ellas. Porque en el primer caso tratará de modificarlas y, en el segundo, será un rehén de las mismas. Lo que resistimos persiste y lo que permitimos se deshace.

Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

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