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Preguntas sin respuesta (II): ¿Hasta cuándo nos duele el duelo?

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

FMLCTras la pérdida de un ser querido y, a la hora de superar la pérdida, mucha gente se pregunta: “¿Cuánto dura el duelo?” o “¿Hasta cuándo me voy a sentir así?”.

Hay incluso quien se plantea la siguiente cuestión: “¿Termina alguna vez el duelo?”.

Cuánto dura el duelo

Los estudios afirman que, de media, el duelo puede durar entre uno y dos años. Casi todos ellos coinciden en que lo que ocurre en los tres primeros meses tras el fallecimiento del ser querido es normal. Es el caso del Inventario de Duelo Revisado de Texas, que se aplica a mayores de 14 años cuyo ser querido ha fallecido en un período no inferior a 3 meses ni superior a 3 años.

Sin embargo, esta herramienta no es un instrumento clínico en sí mismo y, por lo tanto, tan sólo mide duelo a secas, mide la intensidad de un duelo sano, pero no discrimina entre duelo patológico y duelo normal. De todas formas, existen otras herramientas terapéuticas para medir el duelo, entre las cuales resulta fundamental la entrevista clínica. El mismo Worden habla de la existencia de doce pistas, o síntomas, del duelo complicado que pueden ser valoradas por el profesional y son indicativas de duelo patológico.

La voluntad del paciente en el duelo

No hay que olvidar, por otro lado, que la duración del duelo tiene que ver con una decisión personal. Casi siempre hay momento en el proceso de duelo, y especialmente en terapia, en el que el paciente debe averiguar si quiere seguir estando en duelo o no. No está en nuestras manos decidir cuándo morirán nuestros seres queridos, pero sí lo está decidir si se consulta o no a un especialista, si se acude o no puntualmente a las sesiones, o qué hacer con las cosas que pertenecían al fallecido.

Este hecho, que la continuidad del duelo dependa de nuestra decisión, permite recobrar en cierta medida la sensación de control que se pierde con la muerte de un ser querido, porque el duelo está trufado de pequeñas y grandes decisiones, de cuyo resultado depende que el duelo progrese o se enquiste. Así que, en rigor, conviene aclarar que los plazos de duración del duelo son meramente orientativos y que no podemos saber exactamente cuánto dura, ya que esto depende enormemente de la decisión que adopte cada uno.

Falsas creencias sobre el duelo

En los tanatorios o funerales resulta muy frecuente escuchar la siguiente frase: “No te preocupes, el tiempo lo cura todo”. Asimismo, también es frecuente encontrar a gente que, pasadas décadas desde la muerte de su ser querido, aún no ha elaborado su duelo.

Esto sucede porque no es el tiempo lo que disuelve el dolor de forma mágica, sino que es lo que uno haga con su tiempo lo que determina que un duelo se elabore sanamente o no. Lo único que hace el tiempo es poner distancia con el fallecimiento del ser querido. Sin embargo, abandonarse a la esperanza del paso del tiempo suele ser un recurso ineficaz y, en cualquier caso, es una actitud pasiva, propia de alguien que padece una situación, pero no puede hacerle frente.

El final del duelo

Llegamos a la última cuestión que planteábamos: “¿Termina alguna vez el duelo?”. Los ritos de paso, los funerales, los homenajes a los muertos y, en general, las celebraciones de todo tipo de sociedades y culturas apuntan en esa dirección. Las ceremonias, los símbolos de la muerte, simbolizan que el duelo tiene un principio y un fin.

Un ejemplo de esto es la tradición del luto. Éste duraba un año a lo largo del cual la sociedad trataba con una delicadeza especial a la familia que lo vestía: se perdonaban o se aplazaban deudas, y la comunidad sabía que la familia necesitaba respeto y comprensión. Era una señal de tristeza, de pérdida. Pasado el año, la familia abandonaba el luto y, a partir de ese momento, la vida continuaba, al menos exteriormente.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dudes en consultar nuestra página web: www. fundacionmlc.org

8 comments


  1. Saray

    Acabo de perder a mi madre de cáncer terminal en tan solo 15 días y nadie sabía que lo padecía! Ni siquiera ella. Nunca en mi vida estuve así de triste, se me paro medio corazón, ella era todo para mi. Era alegre y feliz, y ahora hasta tengo miedo a la noche y a la oscuridad. ¿Puedo volver a ser la persona que era antes?


  2. Querida Saray:

    Por lo que cuentas, ha sido una muerte imprevista, lo que hace que resulte más difícil asumirla. Apenas han pasado 15 días desde el fallecimiento, así que te puedo confirmar que todo lo que sientes es normal. A tu pregunta de si puedes volver a ser la misma persona que antes, puedo contestar que sí, pero antes de que eso ocurra tienes que trabajar y atender tu proceso de duelo. Porque sentir dolor ante la muerte de un ser querido es normal, lo raro sería que no te afectara de alguna manera.

    El modo en el que cada uno se duele es distinto para cada persona. El 90% de las personas que experimentan la muerte de un ser querido atraviesa un duelo sano: es un proceso que se realiza de manera casi intuitiva, el dolor se deshace poco a poco, no tiene que ver con el paso del tiempo, sino con las decisiones que vayas tomando y que te conecten a la vida o te desconecten de ella.

    Si dentro de 3 meses sientes que el dolor está exactamente como está hoy, si sientes que estás bloqueada o te supera, entonces te sugiero que consultes a un psicólogo experto en duelo, pero ahora mismo lo que te sugiero es que trates de cuidar el sueño, la alimentación y que te rodees de gente que pueda cuidarte.

    Espero que todo este dolor vaya dejando paso a la serenidad.

    Un abrazo y buena suerte.

    Sara Losantos
    Psicóloga FMLC


  3. Raquel

    Buenas tardes, hace unos 15 dias aproximadamente perdi a mi abuela. Teniamos una relación muy estrecha. Los primeros dias no era consciente de lo que habia sucedido, despues llore bastante y ahora estoy que parece que mañana vuelva a verla, y a la vez tengo el sentimiento como si hiciera mucho tiempo que ha fallecido. Me encuentro bien, pero se que dentro tengo dolor, y solo se expresa en forma de ansiedad leve pero constante. Supongo que sera normal pero tengo tantos sentimientos encotrados que me es dificil.


  4. Querida Raquel:
    Como bien dices, todas las sensaciones que compartes son normales, ha pasado muy poquito tiempo y en este momento lo más saludable es que permitas dejar fluir el proceso. El proceso de duelo supone muchos altibajos, muchas emociones encontradas y confusas que completan la experiencia de dolor. Busca la manera de canalizar, expresar y dejar libres esas emociones. Igual en este momento te ayuda escribir, o permitir también que el llanto surja… La manera en que avanzará el proceso durante estos primeros meses es bastante impredecible, sin embargo, es necesario que ese dolor este presente para poder ser drenado y curado. Es la manera que tenemos de curar la herida de la pérdida, permitiendo que el dolor la sane. Sé que resulta paradójico y complicado, pero es así como podemos elaborar el duelo.
    Un fuerte abrazo, mucho ánimo para el camino y escríbenos si tienes más dudas.

    Pilar Pastor
    Psicóloga FMLC


  5. Ana Florencia

    Hola: Hace 2 meses fallecio mi marido en forma repentina. Ademas de vivir juntos, trabajábamos juntos. Tengo la casa, la oficina y la vida llena de recuerdos luego de 26 años de convivencia.
    Amanezco con opresión en el pecho, angustia y ganas de llorar todos los días.
    Cuando consigo salir de la cama me voy a caminar a un parque para poder respirar porque en casa siento que me ahogo.
    Como falleció en diciembre, yo me esforcé por estar fuerte para pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo . Y me parece que ahora que ya pasaron me siento peor que al principio, como si a medida que avanza el tiempo voy cobrando conciencia de que es irremediable, que debo construir una nueva alternativa de vida sin su compañia luego de 26 años.
    Donde voy me preguntan por él, era simpático y muy querido.
    Necesito cambiar los lugares donde íbamos juntos, paseos, restaurantes, amigos… todo me lo recuerda…
    El dolor es inmenso y me cuestar sobrellevarlo, duermo poco, como poco y lloro mucho.
    Es un proceso doloroso y parece no terminar nunca.
    Saludos,
    Ana


  6. Buenos días Ana:
    Los síntomas que describes ante la pérdida tan repentina de tu marido son absolutamente normales. Obedecen al proceso de duelo, que es el proceso normal -y yo añadiría que inevitable- que sigue a la pérdida de un ser querido. Generan mucho malestar y son muy incómodas de vivir, ¿pero qué tipo de personas seríamos si no nos doliera la pérdida de los seres a los que hemos amado tanto?
    La experiencia que describes es también normal. Al principio, todos intentamos “hacernos” los fuertes, como para estar mejor o para sentir menos. Esto es muy humano, pero hace que el dolor que sentimos quede arrinconado.
    Esa sensación que tienes de estar peor que antes tiene que ver, tal y como dices, con el hecho de hacerte más consciente de la pérdida y de todo lo que implica. Eso es molesto, es doloroso, es abrumador, pero forma parte de una respuesta sana. Dos meses no es de ninguna manera un tiempo excesivo para elaborar un duelo. El duelo es un proceso y lleva su tiempo, para cada persona es una cantidad distinta de tiempo, pero tiempo a fin de cuentas. A veces parece que no va a acabar nunca, eso me lo dicen todos mis pacientes y, sin embargo, el duelo tiende a resolverse. Incluso tiende a resolverse de forma sana.
    El 90% de las personas que pierden a un ser querido atraviesa un duelo sano. Esto no quiere decir que no les duela, pero les duele menos y durante menos tiempo que cuando el duelo se complica. Lo esperable es que con el paso del tiempo y el apoyo de las personas que te quieren, el duelo se resuelva de forma espontánea. Pero, si no fuera así, puedes buscar ayuda terapéutica para que un profesional te acompañe a lo largo de este proceso tan doloroso y te ayude a drenar tu dolor.

    Yo espero que sea lo primero. Te mando un abrazo fuerte. Suerte.

    Sara Losantos
    Psicóloga FMLC

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