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Una escultura para el Hospital Infantil Niño Jesús

El arte no cambia nada, te cambia a ti.
David Lynch

Una moto haciendo una cabriola en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. La mezcla de colores y sus delicadas líneas nos transportan a otro escenario, uno en el que un bloque de madera cobra vida y nos hace sentir la emoción del motorista, el viento en su cara y el rugir de su motor.

Por un instante, traspasamos la frontera de unas puertas imaginarias y nos vemos surcando un trayecto luminoso, el azul de las llantas nos traslada a la orilla del mar, el verde de su abrigo a las montañas. El arte se convierte en un hechizo que transforma nuestras emociones y nos dejamos llevar.

Así comienza esta travesía, una pieza única de Kiko Miyares que cautiva llenando de asombro, sorpresa e ilusión a quien la contempla. La presencia de esta obra -que hace pocos días nuestra entidad entregó como obsequio al hospital- abre un abanico de emociones, inspirando y desafiando los sentidos tanto de los pequeños pacientes como de los profesionales sanitarios que allí trabajan.

Ese es nuestro deseo: generar a quien descubra esta pieza una sensación mágica. Esperamos que las formas, tonos y sutil belleza de esta singular obra trasladen la energía que emana, abriendo una ventana de luz e ilusión a los niños y trabajadores de este centro sanitario.

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