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Veintidós niñas desafían las estadísticas escolares en Malaui

Desde que pusimos en marcha nuestra labor humanitaria en Benga hace cinco años, uno de nuestros objetivos ha sido combatir los altos índices de abandono escolar, que afecta especialmente a las niñas. Para ello no basta con abrir una escuela, sino que mes a mes, año a año, hemos trabajado para crear las condiciones adecuadas que han permitido que, este curso, nuestra escuela de Benga sea testigo de un hito excepcional: por primera vez, una clase de preadolescentes tiene más alumnas matriculadas que alumnos, 22 frente a 12.

No es un caso de discriminación positiva, ni una anomalía demográfica, sino el resultado de muchas acciones silenciosas que a menudo pasan desapercibidas pese a su potencial transformador. Pero, primero, un poco de contexto: ¿Por qué las niñas de Malaui dejan de ir a clase?

Según estadísticas recientes, sólo un 2% de las pequeñas que se inscriben en la escuela logra completar la Educación Primaria, lo que pronuncia aún más las diferencias académicas entre chicos y chicas al llegar a Secundaria. Basta con echar un vistazo a las cifras que manejamos en FMLC para detectar esa profunda disparidad: de los 278 adolescentes que se han beneficiado hasta ahora de nuestras becas de Secundaria, sólo 29 (10%) son chicas.

La pobreza y el matrimonio prematuro

La raíz de esta disparidad de género en el acceso a la educación se encuentra en los elevados índices de pobreza que sufre la población rural de Malaui, las normas y prácticas culturales, o la falta de infraestructuras.

A menudo las familias que no tienen recursos suficientes para costear los estudios de todos sus hijos dan prioridad a los hijos varones frente a las hijas. En esa decisión pesan mucho la cultura popular y la tradición, ya que se entiende que las niñas pueden sobrevivir a través del matrimonio, mientras que los niños necesitan educarse para aprender una profesión que, en el futuro, les permita mantener a su propia familia.

Esta idea tan extendida explica la elevada tasa de matrimonios infantiles que se producen en el país africano. Según cifras del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), alrededor del 42% de las niñas de Malaui se casan mientras aún son menores de edad y el 29% son madres entre los 15 y los 19 años. Tanto el matrimonio como el embarazo precoz contribuyen a que las cifras de abandono escolar entre las niñas en este país sean brutales.

Invirtiendo las estadísticas

La batalla para mejorar el acceso a la educación de las niñas tiene muchos frentes y, lamentablemente, pocos de ellos originan titulares llamativos. Os hemos contado que abrimos una escuela en Malaui, sí, pero ahora queremos que conozcáis todas las pequeñas acciones que realmente nos han ayudado a doblegar la curva del altísimo abandono escolar de las niñas en Benga y que son:

  • Ofrecer educación infantil de calidad a todos los niños de la comunidad a fin de prepararlos bien para las siguientes etapas educativas.
  • Proporcionar a las niñas entornos de aprendizaje seguros e inclusivos.
  • Motivar a las familias de los alumnos para que se involucrasen en la educación de sus hijos e hijas.
  • Ofrecer a los estudiantes una atención integral que garantizase su adecuado desarrollo físico e intelectual.

Cada una de estas acciones parece insignificante por sí sola, pero juntas son como una bola de nieve que va creciendo y tomando impulso a medida que avanza, hasta que su impacto provoca un verdadero cambio de tendencia en la sociedad. Un cambio que se mantendrá en el tiempo y que hoy tiene los nombres y apellidos de estas 22 niñas preadolescentes.

Esperamos poder seguir dándoos noticias de ellas cuando inicien la educación Secundaria ya que, gracias a nuestro programa de becas, todas podrán continuar sus estudios si ése es su deseo. Nosotros estaremos ahí para ayudarlas a hacerlo realidad.

* Puedes saber más sobre nuestra escuela de Benga haciendo clic aquí.

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