Rosa Sánchez, psicóloga de FMLC
Un objeto de vinculación no es lo mismo que un recuerdo. Cuando fallece un ser querido, mucha gente conserva para sí algún objeto que le pertenecía. Sin embargo, lo que representa el objeto de vinculación es al propio difunto.
Esta acción viene a simbolizar cierto triunfo sobre la muerte que ha hecho desaparecer el cuerpo del ser querido: mediante el objeto de vinculación, el doliente recrea una relación externa con su ser querido. Pero la parte externa ya no existe, el cuerpo murió.
Los objetos de vinculación son un obstáculo para poder llegar a decidir el final del proceso de duelo. El doliente crea una seudofantasía en lugar de aceptar la realidad de la muerte y la necesaria despedida del cuerpo físico del ser querido.
La aceptación de la pérdida
Elaborar el proceso del duelo consiste, entre otras tareas, en ir creando una conexión perdurable, un vínculo interno con el ser querido que ya no está, de manera que dicho vínculo nos permita volver a vivir una vida plena y con ilusión.
Sin embargo, el lazo que establece el doliente con el objeto de vinculación es externo en lugar de interno. Para el doliente es muy importante saber en todo momento dónde está el objeto y, si lo pierde, siente una terrible angustia, pues es como haber perdido el cuerpo de su ser querido. (más…)