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Superar el duelo: Cómo atender al doliente en los primeros días

Sara Losantos, psicóloga de FMLC

 

FMLCEn este artículo abordamos cómo atender el duelo agudo o inmediato, cuando ha pasado muy poco tiempo desde el fallecimiento de un ser querido. Ya hemos comentado que el duelo es un proceso relativamente largo, que tiene una duración imprecisa y una intensidad que varía de una persona a otra, ya que no existe una única forma de vivir el duelo, ni tampoco una sola manera de elaborarlo correctamente. Nuestras recomendaciones, directrices o consejos están basados en nuestra práctica clínica, pero no tienen un alcance universal.

A lo largo del duelo hay etapas diferenciadas y comúnmente aceptadas por los teóricos de este proceso. Existe una primera etapa -el momento inicial- que comprende desde que se produce el fallecimiento hasta pasadas las 24 primeras horas, e incluso la primera semana. Esta etapa se conoce como “duelo inmediato”.

El duelo inmediato y el bloqueo

El duelo inmediato es un momento de mucha incertidumbre y aturdimiento. En este contexto puede surgir el bloqueo, que es uno de los mecanismos que utiliza el ser humano para protegerse de una realidad tan dolorosa y tan inverosímil como la pérdida de un ser querido.

El bloqueo se caracteriza por la inmovilidad. Es como si de algún modo el tiempo, el mundo entero, se detuviera. Por ejemplo, en los funerales, o en un tanatorio, es habitual observar cómo las personas más allegadas al difunto caminan más despacio, sin energía.

En estos primeros momentos, en que la muerte resulta increíble y todo parece tan difícil de entender, lo fundamental es atender las necesidades más básicas del doliente, ya que a menudo el trabajo que implica elaborar el duelo absorbe toda la su energía. Por esta razón, es probable que las actividades cotidianas que antes resolvía y gestionaba con facilidad ahora le supongan exigencias inalcanzables.

Cómo atender el duelo agudo

En estos momentos, lo fundamental es asegurarse de que el doliente va a comer correctamente, dormir y descansar lo necesario, así como garantizar que se sienta acompañado. Cualquier tipo de ayuda que le queramos brindar deberá ir encaminada a cubrir una de estas necesidades.

Se trata de ayudarles en tareas simples, como por ejemplo hacerles la compra durante una temporada, o programar sus comidas, acompañarles al médico, preguntarles si están descansando suficientes horas; o bien ayudarles a tramitar una baja en caso de que sea necesario.

Ésta es una oportunidad para demostrarle a alguien que seguimos ahí y que puede contar con nosotros. También es posible ayudarle gestionando los trámites que se ponen en marcha cuando alguien fallece: certificados de defunción, avisos al seguro, trámites de notaría, etc. Y si esto resulta útil, pasemos a enumerar una serie de cosas que conviene no hacer a la hora de tratar con una persona en duelo.

Qué comentarios evitar ante un doliente

En primer lugar, es preferible evitar comentarios como “Cualquier cosa que quieras, ya sabes dónde estoy o “Si necesitas cualquier cosa, llámame”. ¿Por qué? Porque no resultan de ayuda, debido a los siguientes motivos:

– En primer lugar, al doliente, sumergido en esa vorágine de confusión e irrealidad, le resulta difícil distinguir qué necesita y en qué orden.

– Por otro lado, le supone un esfuerzo ponerse en contacto con la realidad y llamar a alguien por teléfono.

– Finalmente, ese ofrecimiento en realidad no es nada concreto, se podría calificar de humo.

Se hace sin duda con la mejor de las intenciones, al abrigo de un aprendizaje basado en la costumbre y en lo que hemos vivido, e incluso, tal vez, influenciados por alguna película. En cierta forma, un ofrecimiento tan inespecífico deja entrever que no hay una oferta en firme, que el interés también es vago.

Da la impresión de que esa frase no se ha construido para nosotros, sino que es algo común que decimos cuando alguien está enfermo, te han roto el corazón, o un ser querido está atravesando un mal momento.

Cómo ayudar adecuadamente a un doliente

Estos comentarios son muy de agradecer, porque se basan en la intención de ayudar. Sin embargo, la intención no lo es todo. Ayudan otra clase de ofrecimientos como Mañana te traigo comida para esta semana oNo soy muy hábil con las tareas de la casa, pero si quieres vengo después de comer a pasar contigo la tarde.

De resultas de todo lo anterior, podemos concluir sin temor a equivocarnos que ayudar a una persona en duelo es más sencillo de lo que a priori nos puede parecer. A fin de cuentas, si no eres parte de la solución eres parte del problema.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web: www. fundacionmlc.org

2 comments


  1. Es muy útil esta información. A veces resulta difícil saber qué hacer cuando un amigo o familiar pierde a un ser querido. Seguro la clave será estar al lado de esta persona, escucharlo cuando lo necesite y siempre ayudarlo en las tareas diarias de la casa.


  2. Exactamente, ¡muchas gracias por tu comentario!

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